La limpieza facial es un tratamiento básico diseñado para eliminar la suciedad, el exceso de grasa, las impurezas y las células muertas de la piel que se acumulan en la superficie del rostro. Usualmente, implica el uso de productos de limpieza suaves, como limpiadores faciales o tónicos, junto con vapor o compresas calientes para abrir los poros y facilitar la extracción de impurezas. La limpieza facial también puede incluir la extracción manual de puntos negros y comedones, seguida de la aplicación de productos hidratantes y protectores.